
El amigo Daniel Higienico, entre otras muchas verdades escondidas entre las letras de sus canciones, tiene una que desde ayer no ha parado de venirme a la mente. Es el estribillo de Puto Corazón del disco Flipando el doble.
A grandes males, grandes simplificaciones o también volver a lo primario (que sigue siendo el inicio de todo lo demás, por simple que suene)
Hoy me gustaría poder escribir aquí algo lo bastante inteligente como para poder ponerle una tirita a ese amigote que está pasando un momento muy jodido, pero he estado buscando entre mis existencias del cajón de remedios y no he encontrado una lo bastante grande o que pegue lo suficiente (salvo las drogas duras). La verdad es que últimamente voy escaso de material de botiquín, entre el que yo necesito y el que presto, la cajita no está en sus mejores momentos.
Cambiando de tercio, ayer cañitas en una bodeguita del rabal que regenta un guineano (muy acogedor por cierto) y tapitas en un gallego reformado de los históricos del casco viejo. Luego en petit-comite al lugar prometido: Gotha. Diseño moderno-fashion-frio, pijerio a tope y ambiente gay-friendly como dice mi amiga Alison. Música electrónica bastante agradable, elegante y bailable a ratos. Clientela femenina para todos los gustos (menos para uno, claro ;-DDD).
Música: ..Al final lo que cuenta es un polvo bien pegao... un poco de ternura y un bistec empanao...
Por cierto Daniel acaba de sacar disco nuevo, autoproducido y autodistribuido, muy poquitos se atreven y menos aún se arriesgan. Habrá que comprarlo para compensar el esfuerzo.
Amor para respirar